
El debutante Alan Barillaro se encargó de la dirección de este cortometraje de seis minutos de duración que se centra en una cría de correlimos, una especie de ave común en zonas húmedas que se aventura fuera del nido por primera vez para buscar comida en la costa, pero el único inconveniente es que la comida está enterrada bajo la arena de una orilla a la que llegan las olas húmedas y frías.
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