Y no es que Saoirse lleve a cabo una interpretación magistral, no, es su mera presencia. Su belleza clásica y una mirada que cautiva a la audiencia con unos primeros planos que sacan el máximo provecho a su rostro angelical. Además, es acertada en sus diálogos y se acopla a la sutileza de un personaje que sufre, se confunde, pero no llora más de la cuenta.
Estamos ante un drama con todas las de la ley, un relato situado en los años 50 cuyo argumento incluye dos premisas universales: el desarraigo y el amor. Así, la primera parte de la película es una oda a la nostalgia de aquellos que han tenido que salir de su tierra buscando nuevas oportunidades, mientras que la segunda mitad, se centra en la vida amorosa de nuestra heroína. Mención especial a la química en pantalla de Ronan con sus co-protagonistas,
Para completar, el arte y la fotografía se unen para hacernos viajar en el tiempo, así como para reflejar el estado de ánimo del personaje principal a través del uso de una paleta de colores distinta. A pesar de todo esto, es acertado decir que “Brooklyn” no está a la altura de sus contendientes como la mejor película del año, pero eso no quiere decir que no valga la pena verla.
Nominada a 3 premios Óscar: Mejor película, Mejor actriz y Mejor guión adaptado
Lo mejor: Saoirse Ronan, encantadora
Lo peor: Que se venda una vez más la promesa de que EE.UU es el país de las oportunidades
Calificación: 7.5/10
Por Carolina Figueras Pinto | Cinema24
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